El feminismo va más allá de la lucha por adquirir un derecho a decidir cómo lo es el aborto, es una lucha mucho más profunda, con un enorme peso histórico de grandes movilizaciones del colectivo femenino. Un movimiento en busca de visibilizar, adquirir derechos e igualdades, abolir jerarquías y estigmatizaciones, redefinir conceptos como lo que en realidad es ser una mujer, más allá de los géneros y sexos predefinidos, como diría Simone De Beauvoir “una no nace mujer, una llega a serlo”. En esta era, el feminismo toma una doble dialéctica, no solo sobre las mujeres si no también sobre las personas, dentro esta lucha de igualdad donde todes seamos considerados personas sin importar qué genitales portes. A lo largo de la historia se ha entramado por distintas olas con objetivos bien marcados, aunque ahora no estamos dentro de una nueva ola feminista, si no mas bien de una nueva era, de un comienzo, ya que esta vez no solo se busca la reivindicación de las mujeres y sus derechos, si no lograr un cambio definitivo, tanto político, como social y cultural, pudiendo establecer el respeto de una vez por todas que las mujeres merecen, cortando de raíz con el acoso, el abuso y la violencia al que diariamente son sometidas. Lo que tiene también esta doble dialéctica del cambio, es que no solo es de las mujeres para el mundo, si no de mujer a mujer, porque esta discursiva de lucha no solo se trata de exigir respeto y reconocimiento por parte de la sociedad, sino también de respetarnos y valorarnos a nosotras mismas desde nuestro lugar.
Por lo que cabe aclarar algo no menos relevante sobre este movimiento que hoy estamos llevando a cabo, es que con este cambio no se busca superioridad sobre el resto, como muchos hombres pueden llevar a pensar con miedo a que les roben su lugar, al contrario, lo que se quiere lograr es estar al mismo nivel, tener los mismos derechos, libertades y beneficios que cualquier hombre dentro de la sociedad. Aunque se piense inequívocamente muchas veces que todos como seres humanos tenemos los mismos beneficios, realmente no es así, aunque parezca difícil de ver y mas con la gran segregación por el machismo tan naturalizado con el que convivimos diariamente y el patriarcado al que estamos sometidas, el único sujeto con todos los beneficios es el hombre heteronormativo. Por lo que esta lucha vino para quedarse y lograr una desconstrucción tanto política, social y cultural, no solo por parte de las mujeres si no para la sociedad, para que todes tengamos las libertades y derechos que nos merecemos, y los cuales sean respetados y conservados como debe ser. Esto no quiere decir que cuando obtengamos nuestros derechos vamos a dejar de luchar porque la realidad es que no vamos a parar nunca, como diría Stefan Sweig “La historia es flujo y reflujo, un eterno subir y bajar, nunca un derecho se ha ganado para siempre, a la humanidad siempre se le será cuestionado cada nuevo avance, precisamente cuando ya damos la libertad como algo habitual y no como el don más sagrado, de la oscuridad del mundo de los instintos surge un misterioso deseo de a violentarla.” Por esto mismo y por cada atrocidad a la que las mujeres han sido sometidas, este es el nacimiento de nuevo comienzo de movilizaciones por lo que es nuestro y se nos ha arrebatado por décadas.