Serendipia: Un amigo asfixiante.

Sin aviso alguno, una noche fría, de aquellas que se sienten eternas y un tanto asfixiantes,  a la orilla de mi cama sentí como algo apoyó todo su peso. 

Sigiloso, fue acercando su sombra rodeando con sus brazos cada parte de mi cuerpo impidiendo moverme, llegando lento y pausado a mi centro.

Se sentía como toneladas sobre mi pecho dificultando mi respiración. Como si hubiera olvidado cómo funciona aquel mecanismo innato. 

Errático, intentando dar  bocanadas de aire sin conseguir un resultado, conocí a mi nuevo “amigo”, alguien que nunca pensé conocer y que realmente teniendo en cuenta su presentación, presentí que nuestra relación no iba a ser la más sana de todas. 

Por un largo tiempo, no quiso decirme su nombre, simplemente aparecía en los momentos menos convenientes a agobiarme con sus palabras un tanto hirientes, y sus ideas un poco pesimistas,sin perder la maña de hacer su magia, esa que me impedía respirar. A veces lo hacía hasta verme llorar sin fuerzas, otras, simplemente se cansaba y me soltaba.

Entendí con el pasar de los años quien era ese amigo que honestamente me caía bastante mal. Aprendí su nombre sin que él o ella me lo dijera, y aprendí a como escaparme de sus jueguitos mentales de mal gusto, juntando de a poco algunos trucos para defenderme, reduciendo así sus inoportunas visitas. Quizá, de alguna forma se iría por donde vino, dejándome por fin en paz. Tal vez, con un amigo menos, pero de todos modos es un tanto asfixiante y al final no me cae tan bien.

Más de 260 millones de personas a nivel mundial padecen TAG (Trastorno de Ansiedad Generalizada). Sus síntomas son muy variados, desde dificultad para concentrarse, hasta taquicardias y sensación de sofoco.

Está demostrado científicamente que hay una predisposición genética a padecerla, acompañada de factores tales como, situaciones extremas de estrés combinada con factores sociales (ej: modelos parentales con tendencia ansiosa). Esto lo define un profesional mediante estudios y exámenes varios.

La manera más eficiente de controlar este trastorno es realizar algún tipo de terapia, que pueda brindar a la persona herramientas para controlar estos sucesos. Así mismo, comprender que todos esos pensamientos de preocupación excesiva son meramente falsos.

Una correcta salud mental es una necesidad y es tan válida como la salud física. No dudes nunca en buscar ayuda. Y trabajemos para cada día estar mejor con nosotros mismos y con el entorno. 

Related Posts